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¿Qué es la arquitectura desde el punto de vista del arte? Desde el último cuarto del siglo XX, por la produccion masiva de viviendas o edificios se ha descuidado el ADN que nos incucaron en la escuela de Arquitectura y en terminos generales, salvado particularidades, la arquitectura ha pasado de ser una obra de admiración a una construcción convencional y sin estilo. Estamos presenciando una banalización de la arquitectura, pero ¿es posible recuperar el espíritu artístico que la caracterizaba? En este artículo, exploraremos la calidad de la arquitectura desde el punto de vista del arte, y discutiremos cómo podemos recuperar el alma de la arquitectura.

1. Arquitectura como arte.

Arquitectura como arte es un concepto que ha existido desde el principio de la humanidad. La arquitectura define un espacio, pero también es una forma de expresión artística. A través de los siglos, muchas obras arquitectónicas se han convertido en símbolos emblemáticos del poder y la riqueza que representan sus respectivos países o culturas. Estas estructuras no solo son impresionantes y funcionales, sino que también llevan consigo significados profundos e históricos.

La arquitectura moderna ha cambiado a lo largo de los años para adaptarse al tiempo, la tecnología y las necesidades sociales. Esto ha permitido la creación de nuevas formas artísticas y estéticas que antes eran impensables. Los avances tecnológicos en materiales han permitido construir edificios más altos, más resistentes y con mayor flexibilidad en su diseño. Las innovaciones en ingeniería han dado lugar a edificios únicos con formas y estructuras audaces e inusuales.

Al mismo tiempo, los artistas contemporáneos se inspiran cada vez más en la arquitectura para crear obras maestras visualmente sorprendentes e ideas innovadoras para el diseño urbano. Muchas obras actuales de arte callejero incluyen elementos arquitectónicos como escaleras interiores o grandes murales sobre fachadas exteriores para mejorar el entorno urbano general con hermosas obras colectivas.

En definitiva, la calidad de la arquitectura desde el punto de vista del arte depende del talento y creatividad del artista o proyectista involucrado en su diseño e implementación. Para garantizar un resultado satisfactorio, se requiere un fuerte compromiso por parte del artista para lograr su visión original sin comprometer ni sacrificar los aspectos prácticos del diseño finalizado como durabilidad o resistencia a condiciones climáticas extremadamente adversas.

2. Arquitectura banalizada sin estilo y convencional.

La arquitectura moderna desde el último cuarto del siglo XX ha dejado mucho que desear en términos generales. En lugar de la admiración por la obra arquitectónica como punto de vista del arte, lo que se ha convertido es un mero ejercicio de construcción sin carácter alguno. Estas estructuras, aunque cumplan con los criterios necesarios para su funcionalidad, carecen del estilo y la personalidad que hace destacar un edificio como algo único.

En lugar de innovar en diseño y materiales, lo que muchas veces se ofrece son proyectos convencionales sin esfuerzo alguno. Con los grandes desarrollos urbanisticos, los arquitectos parecen contentarse con copiar patrones establecidos y producir versiones genéricas incapaces de captar la atención y el interés a largo plazo. Esta tendencia lleva a edificios cada vez más homogéneos sin distinción ni originalidad entre ellos. Se pierden así los detalles artísticos y las referencias históricas que hacían maravillas con la arquitectura clásica.

Arquitectura convencional

Esta banalización se ve reflejada también en la falta de sentido estético presente en muchas obras recientes que no logran encontrar el equilibrio entre forma y función. El resultado son edificios feos o grotescos sin ninguna consideración por la belleza o el concepto artístico detrás de su construcción. Este descuido produce un impacto negativo sobre su entorno inmediato, reduciendo significativamente su atractivo visual para vecindarios enteros.

Es triste ver como los valores artísticos han quedado relegados a segundo plano en favor del diseño práctico puramente funcional, perdiendo toda referencia histórica o cultural relevante para nuestro mundo actualmente urbanizado por completo. La solución no es volver a sus raíces sino buscar nuevas formas de expresión donde ambas partes convivan juntas bajo un mismo techo: estética vs función; modernidad vs tradición; arte vs tecnología; etc., creando así edificaciones dignas de ser admiradas por sus puntos fuertes tanto prácticos como artísticos.

3. Debemos recuperar el espíritu artístico de la arquitectura.

Los buenos edificios tienen algo que los hace destacar entre los demás: un espíritu artístico. Para recuperar este sentido de la arquitectura, debemos volver a enfocarnos en lo que la hace única; sus materiales, formas y referencias históricas. Esto significa entender cada detalle de un edificio como parte de un todo mucho más grande. Los arquitectos deben trabajar para crear edificios que sean únicos y no solo reflejen el estilo del momento o las tendencias actuales. La calidad de construcción debe ser clave, así como el uso adecuado de materiales que le den calidez al lugar.

Para lograr esta meta, es necesario que los arquitectos se involucren más con las artes visuales ya que estas les permitirán añadir expresión e identidad a sus proyectos. Muchas veces, los detalles son tan importantes como la forma general del edificio y pueden marcar la diferencia entre un buen diseño y un diseño excelente. Algunos elementos decorativos simples pueden transformar por completo la impresión general de un lugar dando al mismo tiempo mayor funcionalidad al espacio.

Además, es importante considerar el contexto cultural en el que se ubica el proyecto para poder crear algo único e identificable con su ubicación geográfica particular. Esta consideración añade profundidad al concepto original del proyecto, haciendo referencia a tradiciones locales o incluso pasadas eras históricas para dotarlo de significado adicional para aquellos que visitan el lugar.

Por último, pero no menos importante es evaluar con cuidado las necesidades prácticas del lugar antes de empezar el diseño final ya que éste tiene gran influencia sobre la calidad final del producto terminado; sin embargo, hay muchas maneras creativas en las cuales se puede cumplir con los requisitos básicos sin sacrificar la belleza y originalidad del concepto originalmente planeado.

Es evidente que recuperar el espíritu artístico en la arquitectura no es tarea fácil; implica desafiar normas establecidas e innovadoramente combinar ideas nuevas y viejas para crear obras maestras modernizadas capaces de generar impactante belleza visual y respeto por su durabilidad práctica. Creemos firmemente en la importancia de mejorar nuestra percepción sobre este tema para lograr mejores resultados en nuestros proyectos presentados.

Es lamentable, que la arquitectura haya perdido ese espiritu que tenia en la antigüedad clásica y que se recuperó en Renacimiento continuando hasta el movimiento moderno e internacional del S.XX. A dia de hoy se tiene la sensación que esos valores no existen y por tanto los del arquitecto se han perdido totalmente convirtiendose en un mero «esclavo» del promotor que suele ser una figura a la que da mucho más valor al resultado final del coste de obra que el arquitectonico.

 

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