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Como antecedente al suelo radiante residencial se puede señalar su origen en el sistema de calefacción que usaban en la antigua Roma y en la Edad Media, que consistía en la dotación de unos conductos huecos que discurrían por debajo del pavimento; el horno de la vivienda emitía aire caliente, de tal modo que el suelo era calentado. En algunos lugares de España aun se utiliza un sistema similar que los denominan glorias.

Concepto

Su infraestructura canaliza agua a una temperatura óptima, oscilando entre los 35ºC y 45ºC, a diferencia de los sistemas tradicionales que operan entre 70ºC y 90ºC. Al distribuir el calor a través del suelo, se logra un equilibrio térmico idóneo para el bienestar, manteniendo los pies cálidos y la parte superior del cuerpo a una temperatura agradable.

En los sistemas convencionales de calefacción, el aire caliente tiende a acumularse en la parte superior de la habitación, mientras que la demanda de calor es mayor en la zona inferior. Al calentar el suelo, se atienden estas necesidades sin necesidad de calentar excesivamente el aire del techo.

Composición

Después de aplicar una capa de mortero sobre el suelo, se procede a colocar el pavimento una vez que el mortero ha fraguado. Para prevenir cualquier problema derivado de la dilatación causada por el aumento de la temperatura del suelo, se instala un sistema de seguridad, como una cinta perimetral, que absorbe dicha dilatación.

En cuanto al tipo de pavimento, se recomienda utilizar baldosas de gres o terrazo debido a su mejor capacidad para conducir el calor, aunque también es posible emplear otros materiales como moqueta o parquet, aunque estos últimos reducen la eficiencia del sistema al ser materiales aislantes. Es fundamental realizar un dimensionamiento adecuado y regular correctamente la instalación de suelo radiante para garantizar que la temperatura del pavimento no supere los 29ºC, límite máximo establecido por la normativa europea NE-En 1264-2.

Además, el funcionamiento del suelo radiante a baja temperatura no reseca el ambiente ni afecta al sistema respiratorio, y la circulación lenta del aire calentado no levanta polvo ni microorganismos. Este mismo sistema puede utilizarse para refrigerar en verano, actuando como un sistema de aire acondicionado, mediante el uso exclusivo de la bomba de calor, capaz de generar tanto calor en invierno como frío en verano.

La acción de refrigerar consiste en hacer circular agua fría por el mismo circuito enterrado, generando frescor al suelo y por consiguiente al ambiente. De esta forma, el suelo radiante se convierte en uno de los sistemas de climatización más eficientes del mercado y es un buen complemento para instalaciones activas que requieran de uso de energias renovables y limpias como por ejemplo la GEOTERMIA.

  • suelo radiante residencial
  • suelo radiante residencial

Ventajas del suelo radiante residencial:

  • Es saludable: no levanta polvo ni corrientes de aire. No reseca la garganta, al contrario que otros sistemas de calefacción, por lo que se recomienda para su instalación en hospitales, residencias de ancianos y otras instalaciones colectivas.
  • Ahorra combustible, y en consecuencia, minimiza costes. Se trata de un sistema que trabaja a una temperatura más baja que los radiadores de metal por diversos motivos, siendo el principal que al ocupar mucha mayor superficie, no necesita calentar tanto el circuito hidráulico.
  • Eficiente: calienta o enfría la parte inferior de la habitación, donde nos desplazamos, evitando así la necesidad de calentar todo el volumen de la habitación, como ocurre con los radiadores tradicionales.
  • Invisible: al estar bajo el suelo, no se ve la instalación.
  • Seguro: no existe el peligro de golpearse contra radiadores o tuberías.
  • Regulable: en un sistema de suelo radiante, al igual que con los radiadores, es posible ajustar la temperatura por áreas específicas.
  • Confortable: Se considera el sistema de calefacción más eficiente en la distribución del calor por la habitación, dado que al emitirse desde el suelo, la distribución es más uniforme y permanece cercana a nuestro cuerpo.
  • Cómodo: no molesta, se dispone del espacio completo de las habitaciones para colocar muebles, frente a la instalación del radiador, que siempre ocupa alguna de las paredes.
  • Familiar: es una opción especialmente recomendable en hogares con niños debido a sus numerosas ventajas: los pequeños suelen gatear por el suelo con frecuencia. Con el suelo radiante, se elimina el riesgo de golpearse contra esquinas y evita el contacto con superficies frías.
  • Climatización integral: La misma instalación puede ser utilizada tanto para calefacción como para refrigeración, lo que proporciona comodidad y ahorro de costos en la instalación.

Te invito a leer este articulo sobre ARQUITECTURA Y EFICIENCIA ENERGETICA.

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