Todos sabemos las ventajas que son casi todas las que se tienen a la hora de levantar un proyecto de arquitectura desde la disciplina de arquitectura, pero no es el objeto de este post ya que no vamos a hablar de las «maravillas» que nos ofrecen las herramientas BIM sino de cómo gestionar los medios y aplicaciones a tu alcance dentro de una -metodología de trabajo BIM- para la obtención de resultados de cara a una entrega de un proyecto.
Cuando hablamos de trabajar en BIM, lo primero que a muchos se le vendrá a la cabeza es el uso de uno de los programas o aplicaciones más estándares destinadas a BIM para la arquitectura (REVIT, archicad, allplan, etc.) y que únicamente con ese programa se resuelve todo el proyecto de un plumazo, pero eso no lo es todo.
La metodología de trabajo con BIM, tal como la entiende Carrillo Arquitectos, debe integrar otros softwares e incluso debe incorporar el croquis para definir un proyecto completamente. No cabe duda de que el trabajo en BIM facilita mucho la labor del arquitecto y el tiempo de producción, pero creemos que es la coordinación de las distintas disciplinas (arquitectura, estructuras, instalaciones y documentación escrita), que a continuación enumeramos y que intervienen en cada una de las fases de proyecto, las que puede hacer más optimo el resultado en calidad/tiempo del proyecto. En la metodología BIM existe una variedad amplia de herramientas informáticas con los que se puede trabajar de forma coordinada, en red y desde la nube.
Para explicar nuestra visión de la metodología BIM vamos a verlo desde tres perspectivas diferentes.
- Desde la perspectiva de la arquitectura consideramos que es importante que, a la hora de comenzar un proyecto, los arquitectos no olvidemos el arte de proyectar ni tampoco nos saltemos algún paso intermedio en el proceso para consolidar la idea de proyecto, para ello hay modos tradicionales que pienso son inherentes en el desarrollo del proyecto y por mucho de que nuestra tecnología evolucione y aparezcan nuevas metodologías de trabajo, no deben perderse para obtener un buen resultado y un proyecto de arquitectura coherente en cuanto a su organización interior, forma y proporción, como desde la etapa de los croquis a lápiz en su fase inicial, el encaje previo del proyecto en cuanto a sus proporciones y organización derivada de la fase anterior en CAD y luego el desarrollo de las fases de proyecto básico y de ejecución en BIM. Es en este momento cuando se debe tener claro cómo va a ser nuestro edificio, la organización espacial del mismo, la situación de su estructura (pilares) y su naturaleza material, es decir, de que están compuestos sus cerramientos, tabiques, ventanas, puertas, etc. Para ello debe de existir un estudio previo de memoria de calidades detallada y planos previos (plantas y alzados), que nos sirvan como plantillas, para poder empezar a trabajar. Dependiendo de la complejidad del proyecto, de sus parámetros, etc.., según los programas BIM que usemos para trabajar, hay que valorar que aplicación informática usaremos para esta disciplina de la parte de arquitectura, en la que se pueden ver una serie de ventajas o inconvenientes según sea el caso, de tal modo que nos facilite o agilice la labor a la hora de producir.
- Desde la perspectiva de las instalaciones (MEP) y estructura consideramos que aparte de los programas BIM más específicos para la parte de arquitectura en los que puedes desarrollar la estructura e instalaciones en su misma plataforma, hay otros programas BIM más especializados en MEP y estructuras integrando las normativas como la española y la de otros muchos países, como por ejemplo BIM Server Center de CYPE Ingenieros.
- Por último, la parte documental escrita del proyecto, no es menos importante que la gráfica y para facilitar la elaboración de dicha documentación debe ser el fruto de toda la información que ya se ha volcado sobre los programas BIM y que están interrelacionados, y no realizar un proceso manual de redacción de cada una de las partes, por tanto creemos que la utilización de diferentes aplicaciones BIM nos permite conseguir un resultado final mucho más rápido y completo.
En conclusión, presentar un proyecto completo con todos sus documentos exigibles por el CTE, teniendo la garantía que este cumple con las ordenanzas y distintas normativas técnicas, puesto que ya se han introducido como datos, han sido procesados por las distintas aplicaciones BIM y volcados como resultado final, confiere cierta tranquilidad al proyectista o a los técnicos redactores del proyecto.
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