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El interior del edificio Loeches contiene cinco naves de uso industrial le da un giro de 180º a los espacios de los edificios industriales, situado en el Parque Empresarial de Ventorro del Cano, entre las inmediaciones de la M-40 y la Ciudad Financiera del Santander en Madrid.

Carrillo Arquitectos se encarga de la tarea de dar un nuevo aspecto a los interiores de un edificio de obra nueva que se se están llevando a cabo sus obras en el Parque Empresarial del Ventorro del Cano en un punto clave en el nudo de la M-40 con la M-501. Es uno de los polígonos industriales con infraestructura de comunicaciones que esta dotado de una parada especifica del Metro de Madrid.

El objeto del encargo es que no se siga la linea arque típica de unas naves que por su uso estén destinadas a albergar espacios fríos y sin carácter alguno y se le dé una solución que dialogue con el aspecto exterior del edificio en el cual la empresa de ingeniería y arquitectura encargada del proyecto de ejecución ha tenido cierta atención estética.

 

En lo que es la propuesta para el diseño de los interiores de las naves,  el arquitecto José María Carrillo Rodríguez, propone dos factores clave en los que se va a apoyar cada una de las cinco naves y que a partir de ahí se van a caracterizar por un espacio bañado por la luz natural  y los contrastes.

La escalera juega un papel muy importante dentro de una nave como elemento de comunicación vertical, que ya por su disposición, naturaleza material y forma planteada en el proyecto carece de singularidad alguna. Sin modificar su morfología, cambiamos su material a hormigón creando un muro vertical que la atraviesa y esta se desarrolla entorno a dicho muro que se dispara hacia la cubierta de manera que desde la planta de acceso no se divisa su final pareciendo que rompe la cubierta dejando entrar la luz natural la cual se ve como baña el muro por su paramento atravesando la escalera ya que esta en su lado interior no toca dicho muro.

Potenciar el espacio proyectado en doble altura para significarlo de tal manera que pueda vibrar de algún modo al visitarlo, eso lo conseguimos manifestando en sus dos planos horizontales, que limitan su dimensión en altura, con unos volúmenes, geometrías y contrates en blanco y negro dando lugar una relación visual en su vertical como en la horizontal de su espacio.

El interior de las naves industriales del Edificio Loeches pueden hacer reflexionar en cuanto al porque un espacio o edificio tiene que parecerse a algo el cual por su uso está destinado y no establecer otras alternativas que dentro de unos aspectos técnicos, económicos y/o funcionales le den un aire nuevo y de confort.

La transformación del interior del edificio Loeches, llevada a cabo por Carrillo Arquitectos, refleja un cambio de paradigma en la concepción de los espacios industriales. Tradicionalmente, estos espacios se han caracterizado por su funcionalidad pura, con un énfasis en la eficiencia y la practicidad sobre la estética y el confort. Sin embargo, en este proyecto específico, se busca desafiar esas convenciones y explorar nuevas posibilidades de diseño que puedan transformar no solo la apariencia, sino también la experiencia de quienes trabajan o interactúan dentro del edificio.

En primer lugar, es importante destacar el papel fundamental que juega la estética en la creación de espacios industriales más atractivos y humanizados. La estética no se limita simplemente a la apariencia visual de un espacio, sino que también influye en la sensación general que transmite y en la experiencia emocional de quienes lo habitan. Al desviar la atención de la mera funcionalidad hacia la estética, se abre la puerta a la creatividad y la innovación en el diseño interior. En el caso del edificio Loeches, esto implica explorar opciones de diseño que puedan agregar carácter y personalidad al espacio, convirtiéndolo en un entorno más agradable y estimulante para sus ocupantes.

Uno de los aspectos clave de esta transformación es la búsqueda de un equilibrio entre la estética visual y el confort funcional. Si bien es importante que el espacio sea atractivo a nivel estético, también debe ser cómodo y práctico para quienes lo utilizan. Esto significa tener en cuenta no solo la apariencia de los materiales y la distribución del espacio, sino también aspectos como la iluminación, la ventilación, la acústica y la ergonomía. Al optimizar estos elementos, se puede crear un ambiente que fomente la productividad, la creatividad y el bienestar de los trabajadores, contribuyendo así al éxito general del negocio.

Además, al adoptar un enfoque más holístico del diseño interior, se pueden aprovechar las características arquitectónicas únicas del edificio para crear espacios que sean tanto funcionales como estéticamente atractivos. En el caso del edificio Loeches, esto podría implicar la integración de elementos estructurales o industriales existentes en el diseño interior, aprovechando su singularidad para agregar carácter y autenticidad al espacio. Al hacerlo, se puede crear una experiencia espacial más cohesiva y significativa, que resuene con la identidad y la historia del edificio.

Por otro lado, es importante considerar que la búsqueda de la estética y el confort no debe comprometer la funcionalidad y la eficiencia del espacio industrial. Después de todo, estos son los pilares fundamentales sobre los que se construyen los entornos de trabajo exitosos. Por lo tanto, cualquier intervención de diseño debe realizarse con un enfoque equilibrado y pragmático, que tenga en cuenta las necesidades operativas y logísticas del negocio. En el caso del edificio Loeches, esto podría implicar la incorporación de soluciones de diseño flexibles y adaptables que puedan satisfacer las demandas cambiantes del entorno industrial, sin sacrificar la calidad estética o el confort de los ocupantes.

En resumen, la transformación del interior del edificio Loeches representa una oportunidad única para repensar la relación entre la estética, el confort y la funcionalidad en los espacios industriales. Al adoptar un enfoque más holístico y centrado en el ser humano del diseño interior, se pueden crear entornos que no solo sean visualmente atractivos, sino también cómodos, funcionales y significativos para quienes los utilizan. Esta evolución hacia una estética industrial más cuidada y un mayor confort promete no solo mejorar la experiencia de los trabajadores, sino también impulsar la productividad y la innovación en el lugar de trabajo.

 

 

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